Testimonio
Una semana después de que la vi por última vez me escribió un mensaje. Me dijo que él le daba mucho miedo, que ya no sabía qué hacer. Le intente llamar muchas veces pero nunca me respondió… estoy segura que él le quitó su celular, no sería la primera vez que lo hacía, otras la encerraba.
Poco tiempo después me enteré que ella se había quitado la vida, que se había “suicidado”, que con un cinturón ató su cuello al techo y brincó de una silla. “Suicidio” se anotó en el expediente y se cerró el caso. No hubieron indicios o pruebas que señalaran culpables, cómplices, agresores, asesinos.
Mi corazón se llena de dolor y rabia. Dime, ¿Cómo se pudo decir que no había testigos, cuando seguido se escuchaban sus gritos en toda la vecindad? ¿Cómo se pudo afirmar que no había pruebas cuando su cuerpo y su cara estaban llenos de moretones?¿Cómo se pudo decir que no hay un asesino cuando cada insulto, cada golpe, cada agresión hizo que ella se muriera día a día un poco?
Dime, ¿Cómo se puede hablar de un suicidio, cuando lo único que quería ella era vivir sin miedo?
No me cabe la menor duda, él la mató.
Definición
Muchos de los suicidios de mujeres y jóvenes son resultado de la violencia de género que impera en la sociedad. Es común encontrar que las razones que las llevan a tomar esa decisión tienen que ver con la falta de comprensión, de escucha, de apoyo familiar, enfrentar la presión extrema en el ámbito escolar, falta de respeto a la integridad, o ser acosadas o abusadas sexualmente. Ante esta situación y sin encontrar alternativas para revertirla deciden quitarse la vida luego de no aguantar más la indiferencia, el señalamiento social o la violencia.